Bésame sin piedad...
que tu boca y la mía,
descubrieron en agonía,
un halo de ansiedad.
Mírame con descaro...
que no es ningún pecado,
el fuego que has provocado
en mis ojos sin reparo.
Abrázame con locura...
que tus manos de algodón,
saben darle al corazón,
buenas dosis de ternura.
Acaríciame sin pensar...
que tu piel es mi paz,
ya el aire está demás,
si tu roce es respirar.
Despiértame al amor...
que tu elixir de pasión,
hechizó a mi ilusión,
y anestesió a mi pudor.
Derechos Reservados © Dina Bellrham
He lamido tu vagina
habitada de carroña;
los pies en el techo
se quedaron cuajados
como lámparas.
Se fueron los copos de nieve:
pura baba
pura tripa…
Mujer, vos sigues tan puta
y yo guardo biblias en los ojos.
Estamos muertas de miedo: juntas.
Derechos Reservados © Dina Bellrham