MUJER
Te acurruqué en versos desde niño
habité el vientre, también materno
en mi castidad de pájaro
hurgué indolente
tus límites de mujer.
Entonces me hice amante
de mis besos en tu piel
y con íntimo placer
penetré tu carne.
Te llamaron mi mujer
propiedad que no merezco
pero a la que aspiro
con el amor que yo te tengo.
Y aprendí de tu dulzura
te refugié dentro de mí
y en mi estructura varonil
un día también fuiste hija.
Ahora en la postrer torpedad
te guardo cual tesoro
y venero con mis cuitas
la intimidad en mis enredos.
En la quietud de mi ocaso
hija y madre de mi alboroto
son mis nietas que coronan
lo sublime en mis antojos.
Mujer en mí
es eterno el homenaje.
Derechos Reservados © Jaime León Cuadra